miércoles, 19 de mayo de 2010

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud, nunca la entenderás hasta que se te haya marchitado, pero créeme dentro de veinte años cuando en fotos te veas a ti mismo, comprenderás de una forma, que no puedes comprender ahora cuántas posibilidades que tenías antes ti y lo lindo que eras en realidad. No estás tan gordo como te imaginas. No te preocupes por el futuro. Lo que si es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida, son aquellos que nunca pasaron por su mente, de esos que te sorprenden. Todos los días haz algo a lo que le temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos, a veces se gana y a veces se pierde. La competencia es larga y al final solo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas, olvida los insultos. Guarda tus cartas de amor. Estírate. No te sientas culpable sino sabes muy bien que quieres de la vida. Toma mucho calcio, cuida tus rodillas, sentirás la falta que te hacen cuando te fallen. Quizás te cases, quizás no, quizás tengas hijos, quizás no, quizás te divorcies a los 40, quizás bailes el vals en tu 75º aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Siempre optarás por una cosa u otra como todos los demás. Disfruta tu cuerpo, aprovéchalo de todas las formas que puedas, no le tengas miedo ni te preocupes de lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que tendrás jamás. Baila, aunque tengas que hacerlo en la sala de tu casa. Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza, para lo único que sirven es para hacerte sentir feo. Entiende que los amigos vienen y se van, pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate en no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque cuánto más pase el tiempo, más necesitarás a las personas que conociste cuando eras joven. Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán, y tu también te envejecerás, y cuando seas viejos, añorarás los tiempos cuando eras joven. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia, tal vez te cases con alguien rico, pero nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas 40 años, parecerá de alguien de 45. Se cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Dar consejos es una forma de sacar el pasado de la caneca de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas, y reciclarlo dándole más valor del que tiene. Seamos libres, al fin y al cabo todos los somos

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