sábado, 2 de julio de 2011

La princesa de los espejos - capitulo 5




Capítulo 5

-¡Aydam! Sabía que te podía encontrar aquí.

Levante la cabeza y vi a Jezabel acercándose hasta donde me encontraba sentado.

-¿Qué quieres Jez? – Le pregunte.

-Sabes, la verdad es que no entiendo que es lo te gusta tanto de este lugar- dijo mientras miraba el ático con asco- Esta todo sucio, y...aaw... simplemente no me gusta- dijo con un estremecimiento.

Es verdad, el ático no era un lugar agradable para estar. Estaba lleno de cajas, papeles y muebles. Y había polvo por todos lados. Pero ese no era el motivo por el cual siempre estaba aquí. Yo simplemente venía aquí porque este era el único lugar en donde podía ver a la princesa del espejo.

-Si tanto odias este lugar no entiendo por que sigues viniendo.- comente en un tono indiferente.

Ella me miro como diciendo que era un tonto.

-Vengo a este apestoso lugar, porque este es en el único lugar en donde se te puede encontrar -  dijo molesta.

-¿Qué es lo quieres Jez?- le volví a preguntar ya cansado. 

-Nada, es que... últimamente te estoy notando un poco raro. Sabes que puedes contarme lo que sea. Si quieres hablar, yo te escucho. ¿Qué te pasa Aydam?

Al ver su rostro note que había verdadera preocupación en él, pero no podía decirle la verdadera razón de mi cambio. Eso la lastimaría, y ya la había lastimado demasiado como para ser la causa nuevamente de su dolor. Aunque a veces tenga el aspecto de ser un maldito desgraciado, no me gusta herir a las personas, por lo menos no a las que les tengo algún tipo de aprecio, como es en el caso de Jez.

Jezabel y yo habíamos tenido una historia hace tiempo, pero no termino muy bien. Ella pretendía mas de lo que yo podía darle, mientras ella se entregaba al 100% en la relación, yo solo le dedicaba un %10. No es que no me gustara, ella es hermosa, es el sueño de cualquiera. Rubia de ojos claros, con un cuerpo espectacular, alta y con una sonrisa que parte el mundo. Pero era del estilo posesiva, ella pretendía que yo fuera suyo. Yo no soy y nunca seré de la propiedad de nadie, a demás no la amaba y eso complicaba las cosas, porque ella esperaba que yo sintiera lo mismo que ella decía sentir por mi, pero eso era imposible, no se puede obligar al corazón a sentir amor por una persona cuando este ni siquiera sabe lo que es amar. Yo no soy del tipo de hombres que se enamoran fácilmente, de hecho yo no soy del tipo que sirve para enamorarse. Se que nunca me voy a enamorar y por ese motivo prefiero buscar relaciones con personas que tengan eso bien en claro. Yo soy dueño de mi mismo. Y si no puedes aceptar eso entonces lo siento, consíguete otro.

Aunque nuestra relación había terminado hace mucho Jez seguía muy encaprichada conmigo, por tal motivo no podía decirle que la razón de mi cambio era a causa de otra chica, por dos motivos; el primero era que no sabia nada acerca de esta joven, ni siquiera sabia porque razón llamaba mi atención a demás de ser sumamente preciosa pero eso es irrelevante, ella me intrigaba de una manera que no sabia como explicar; y el segundo es que si Jez se enterara de la existencia de que hay otra mujer en mi vida aunque no fuera por ningún aspecto romántico, ella simplemente se desquitaría con la pobre joven y la verdad que una demonio enojada no es algo con lo que nadie tenga ganas de lidiar.

Por lo menos hasta no tener bien en claro lo que sea que me estaba pasando con la princesa del espejo era preferible no hablar sobre ella con nadie, a demás de que ella era mi deber, pero ese era otro tema.
La primera vez que la vi fue hace dos meses, cuando descubrí el ático por primera vez. Marvin, uno de los demonios del consejo, me ordeno que fuera al ático a buscarle unos viejos manuscritos que necesitaba…

-Aydam

Deje a un lado el libro que estaba leyendo y levante la vista para mirar la cara del maldito que se atrevía a interrumpirme la lectura… oh que sorpresa, pensé sarcásticamente, era Marvin, uno de los representantes del consejo y uno de los demonios más viejos.

Maldición, pensé, y yo que creía que hoy iba a tener un día tranquilo.

-Marvin- Le dije mientras hacía una reverencia y sonreía. Por lo menos si me iba a arruinar el día, iba a disfrutar haciéndolo enfadar todo lo que pudiera.

Marvin hizo una mueca de disgusto, como yo esperaba que lo hiciera.

- Sabes que detesto esas cosas.

- Por esa razón lo hago viejo – le dije con una sonrisa. Este era uno de nuestros juegos, a el le encanta joderme la existencia por ende a mi me gusta joderle el día en todo momento que pudiera, nunca nos agradamos, y ese no era ningún secreto. A mi el anciano nunca me gusto, adentro mío siempre supe que el tipo esconde algo. Tiene un aura de poder y maldad que lo rodea que es impresionante, nunca entendí como los demás no se dan cuenta de esto.

-  ¿Encontraste algo interesante?- me pregunto mientras señalaba el libro que había dejado a un lado.

-Nada de tu importancia- le respondí en un tono indiferente.

Hoy como tenia un rato libre, me encontraba leyendo uno de los tantos libros sobre nuestra raza. Una de mis aficiones era aprender todo lo que pudiera acerca de nuestra raza. No es que sea un nerd ni nada parecido, solo que mientras mas pueda entender a nuestra raza, mas podré entender a las demás.

- Necesito que me vayas a buscar unos manuscritos antiguos que se encuentran en el ático - Yo lo mire con cara de pocos amigos. Y le conteste;

- ¿Perdón? ¿Ahora soy el chico de los recados que me mandas a buscar tus queridísimos manuscritos? ¿Por que no mandas a alguno de tus perritos falderos?- dije con enfado

¿En que mierda esta pensando? ¿Yo haciéndole un favor? Antes muerto.

- No me desafíes muchacho, soy mas viejo que tu y sabes muy bien que en un parpadeo podría acabar contigo o podría divertirme un rato haciéndote cosas con las que ni te gustaría soñar- dijo con una sonrisa y la mirada perdida como si estuviera imaginándose las posibles maneras de torturarme…

- Ambos sabemos que no puedes- le dije mientras le sonreía.

-Oh lo se, pero eso no quita que un día nuestra querida Cyrene se canse de ti, y ahí es cuando pienso divertirme- dijo mientras me miraba con una sonrisa malévola en la cara.

-Eso quisieras- le desafíe. Ya que ambos sabíamos que eso no iba a pasar. Cyrene era como una madre para mí, y ella me trataba como el hijo que nunca tuvo.

Antes de que pudiera decir algo más, Marvin añadió;

- ¿Y si te dijera que los manuscritos son para Cyrene? ¿Irías a buscarlos?- dijo mientras me  observaba.

-Hubieras empezado por ahí- le dije irritado. Si me hubiera dicho de un principio que los manuscritos eran para Cyrene habría ido enseguida a buscarlos, si tengo que cruzar el continente para traerlos lo habría hecho sin si quiera dudarlo.

- Claro, ¿no te molesta ser su perrito faldero? – dijo con una sonrisa de suficiencia.

Como odiaba a este bastardo. Pero tenia toda la razón, si ella me decía que me tirara de un puente lo haría sin dudar…haría cualquier cosa por ella, y todo el mundo lo sabia, como también sabían que ella me consideraba como a un hijo. No solo salvo mi vida, sino que también me nombro como hijo. Al parecer el viejo creía que me iba a pinchar con su comentario, pero no me molesta nada que me dijeran que sea referido a Cyrene, ya que ambos sabíamos que yo no era un perro faldero para ella, ella siempre dejo bien en claro a todo el mundo que me tenían que tratar como a su hijo, aunque Marvin era el único que se atrevía a contrariarla.

- ¿Dijiste que necesita unos manuscritos?- volví a preguntar

- Veo que ahora te interesa- dijo en un tono indiferente, y antes de que dijera algo continuo- Si, ella necesita unos viejos manuscritos que están en una caja en el ático, donde se guardan las cosas más antiguas.

-¿El ático?- pregunte extrañado. No sabia que había un ático en este lugar, igual tampoco es como si me conociera toda la residencia. Generalmente siempre me encontraba afuera por alguna misión y pasaba muy poco tiempo en el refugio. Pero aun así no estaba enterado que había un ático.

-Sí, se encuentra en el corredor Este. Cuando llegues al final del corredor, encontraras la puerta que esta media escondida, la notaras al instante. ¿Entendiste?

-Si - le dije cortante, antes de agregar- Solo especifícame que es exactamente lo que tengo que ir a buscar allí.

-Perfecto- dijo mientras me sonreía de una manera que no era propia de é.- Esto es todo lo que necesitas saber - dijo mientras me entregaba un papel y me sonreía de una manera que no era propia de él- No es necesario que te advierta que esto tiene que ser con suma discreción ¿no?, nadie tiene que saber de esto.

Asentí con la cabeza y agarre el papel que me estaba ofreciendo. Cuando observe que decía el papel que me había entregado vi que solamente estaba escrita una sola palabra; Xia.

- ¿Qué rayos significa Xia? ¿No me dijiste que necesitaba unos manuscritos? ¿A caso el manuscrito se llama Xia? porque a mi Xia me suena mas como el nombre de una persona que el de un manuscrito- dije confundido y enfadado.

- Simplemente lo entenderás cuando estés en el ático- dijo con una sonrisa antes de tele-transportarse a quien sabe donde.

¿Qué demonios significaba esto? Al principio creí que era una broma, pero la letra era la de Cyrene, eso quería decir que no era una broma de Marvin; me quede pensando en las palabras que dijo “…simplemente lo entenderás cuando estés en el ático…”

No le di mucha importancia, así que decidí dirigirme hacia el ático.

Una vez en el pasillo Este, me dirigí hasta el final. Cuando llegue allí note que Marvin tenía razón, en una de las paredes se notaba una hendidura del tamaño suficiente como para meter la mano, y esto era de seguro lo que debería de abrir la puerta que conduce al altillo.

 Lo que me pareció extraño era que la puerta estaba escondida y camuflada del mismo diseño que el de la pared. Si uno mirara desde un poco más de distancia lo único que vería sería más de la misma pared.

Parecería como que no quisieran que nadie entrara allí.

Pero si ese era el caso, entonces no entendía el motivo por el cual Cyrene querría que fuera a un lugar del que al parecer no tenían intenciones que ninguna otra persona descubriera.

Mientras iba pensando en ello, metí mi mano en la hendidura y note que había una pequeña manija en el fondo. Tire de esta, y al hacerlo la puerta automáticamente se hundió y dejo un espacio lo suficientemente grande como para que una persona pudiera pasar.

Me metí sin dudarlo y cuando lo hice la puerta se cerró detrás de mí. Había muy poca luz, hasta que note una pequeña lámpara antigua, esas que tenían una vela y necesitan del fuego para funcionar. Gracias a Dios que uno de mis poderes era controlar el fuego, así que no necesite de un encendedor para prender la vela. El pasillo se ilumino por completo y logre distinguir una escalera en forma de caracol que había al final de este corto pasillo.

Una de mis cualidades es que soy una persona que ama las aventuras y no le tiene miedo a nada, así que no dude ni un segundo más y me encamine para subir la escalera. Note que esta no era muy larga, pues al cabo de unos segundos logre llegar al famoso ático.

Como ya era de esperarse no era un sector muy frecuentado, por eso era un completo desastre.
El suelo era de madera y estaba recubierto de polvo. La habitación carecía casi completamente de luz, de no ser por una pequeña ventana a lo alto de la pared y de las pequeñas hendiduras de lo que parecían ser un enorme ventanal. Me acerque a estas y las abrí.

Estas no eran unas ventanas comunes, sino que te permitían acceder a una pequeña terraza. Al ser tan grandes permitían que el ático se iluminara por completo. Deje la lámpara que ya no necesitaba a un costado y eche un vistazo a todo el lugar.

Esta sería una habitación muy espaciosa, de no ser por todas esas cajas dispersadas por todos lados. Había varios muebles viejos que estaban cubiertos con sabanas. De seguro para que no se arruinaran con el polvo. También había algunos artefactos muy raros, que nunca había visto en mi vida y no tenía ni idea de cual podría a llegar a ser su uso.

Me acerque a una de esas sucias y viejas cajas, y la abrí. Adentro había muchos papeles y algunos libros pero ninguno tenia como nombre “Xia”. Comencé inspeccionando el resto de las cajas para ver si encontraba algo. Me habré pasado alrededor de dos horas buscando estos gloriosos manuscritos, pero nada. De repente algo capto mi atención.

Debajo de una de las sabanas había lo que parecía ser un viejo espejo. De repente comencé a tener una sensación rara. Sentía como una atracción hacia ese espejo. No sé qué fue lo que me atrajo de este anticuado espejo, pero había algo en el que me atraía. No me di cuenta que estaba caminando hacia el espejo hasta que choque con una pequeña caja que estaba en el piso.

Me acerque como pude, esquivando todos los objetos y las cajas hasta que quede a unos centímetros de distancia. Cuando estire mi mano para sacar la sabana, antes de que la alcanzara esta cayó instantáneamente al suelo. Lo que vi en ese espejo me dejo sin aliento.

Era la muchacha más hermosa que había visto en mi vida. Era un poco más baja que yo, pero aun así era bastante alta. Era esbelta y con unas curvas bien definidas. Llevaba puesta una musculosa blanca ajustada con un diminuto escote, se notaba que era voluptuosa y poseía una cintura pequeña. Tenía puesto un short gris, y sus piernas eran largas y firmes. Su cabello era medio ondulado, de un color castaño oscuro con unas mechas de un tono más claro. Y le llegaba hasta la cintura.

 Y su cara… su cara era hermosa.

Tenía un rostro ovalado, sus ojos eran de color miel, poseía unas pestañas largas y arqueadas, y una mirada muy dulce. Tenía unos pómulos pronunciados y unas mejillas un poco sonrojadas. Su nariz era recta y pequeña, sus labios eran de un tono rosado, muy sensuales y bien definidos. Me moría por probar esos dulces labios.

Me quede atontado mirándola hasta que de repente su imagen se volvió borrosa hasta desaparecer por completo. Lo único que quedó fue mi reflejo.

Me quedé estupefacto y paralizado analizando todo lo que acaba de pasar hace unos momentos. Durante toda mi vida había visto cosas raras e inexplicables, pero esta sin duda fue la más extraña de todas.

Me quede alrededor de dos horas más esperando que volviera a ocurrir pero no sucedió. Si no hubiera sido porque no me había alimentado en todo el día, me habría quedado más tiempo. Pero el hambre ya era insoportable. Así que me dirigí al comedor.

Mientras estaba yendo de camino al comedor me di cuenta lo que quería decir “Xia”, de seguro ese era el nombre de la princesa del espejo. Cyrene y Marvin sabían con lo que me iba a encontrar, por eso me mandaron, pero no entendía porque me tuvieron que mentir diciendo que necesitaba unos manuscritos, cuando claramente lo que ellos querían era que yo me encontrara con ese espejo. Y más específicamente ellos querían que yo viera a Xia. La pregunta era ¿Por qué?

Cuando estaba llegando al comedor, me encontré con Cyrene en el camino. Si alguien podría explicarme lo que ocurrió esta tarde esa tendría que ser ella. Además por ella es que fui al  famoso ático a buscar unos manuscritos inexistentes. Así que de seguro sabia de ese espejo.

- Cyrene- la llame, y cuando se dio la vuelta para mirarme le pregunte con nerviosismo -¿Podemos hablar?

Ella me miro un instante, luego me sonrió - Estaba esperando que este momento llegara- me dijo y luego añadió-  Vayamos a mi despacho que allí vamos a poder hablar tranquilos.

Su comentario me dejo muy confuso, así que solo me limite a asentir con la cabeza y fuimos directos a su despacho. No necesitaba que me guiara ya que no era la primera vez que iba.

El despacho no seguía el mismo estilo que tenía todo el resto de la residencia. Las paredes eran de un color crema, mientras que en todo el resto de las habitaciones de la Academia, a excepción de los cuartos que eran grises, estaban recubiertas con madera o pintadas en tonos oscuros y profundos.

El lugar estaba repleto de estanterías con libros, parecía más una biblioteca que un despacho. Y el escritorio era enorme y antiguo.

Cyrene se sentó detrás de su escritorio y me hizo seña para que me sentara y una vez que lo hice comenzó a hablar.

-Por fin has visto el espejo- dijo mientras me miraba con curiosidad- Ya era hora de que conocieras tu destino- añadió

-¿Destino? ¿De que estas hablando? ¿Y cómo es que sabes lo del espejo?- pregunte inseguro. Es decir tenía mis sospechas de que me habían mandado apropósito para que yo me encontrara justamente con ese espejo. Pero prefería que ella hablara y se explicara primero.

-Ese no es un espejo normal, es uno muy especial. Ese espejo está encantado para que cada uno que se mire en él, pueda ver reflejado…su futuro...

-Espera un segundo- interrumpí impaciente- …a ver si entiendo, ¿me estás diciendo que ese espejo permite ver a las personas su futuro…?- pregunte confuso. Y antes de que contestara le dije;

- Tú me mandaste apropósito ¿No es así? - pregunte-  Tu sabias que iba a ver ese espejo. Tú querías que lo hiciera- Corregí con determinación.

- Eso es verdad. Yo quería que lo vieras, por eso te mande con la excusa de los manuscritos.- dijo en un tono medio raro.

-¿Pero por qué?- pregunte

- Porque necesitaba que la conocieras. Que por fin conocieras a Xia- Cuando menciono su nombre lo dijo en un tono medio doloroso, como si el simple hecho de nombrarla le doliera, aunque no entendía el porque. Igualmente lo deje estar.

Xia. Ese era su nombre. El recordar a la joven del espejo hizo que mi corazón comenzara a latir más de prisa y que me abrigara una calidez que nunca antes había sentido. Esta sensación me dejaba intranquilo y preocupado. Y mas que nada me dejaba muy cabreado, ya que nunca había sentido esto por nadie, y odiaba tener sensaciones nuevas.

Y había muchas cosas que no estaba entendiendo, como por ejemplo que tenía que ver ella con mi futuro. Así que le pregunte;

-¿Cómo sabes que vi a una joven?- y añadí impaciente - ¿Y cómo sabes su nombre?

Cyrene me miro divertida. Parecería que el verme intranquilo y confuso lo divirtiera.

-Yo se muchas cosas cariño, más de lo que tú crees. Y para responder a tu primera pregunta, yo sabía que ibas a ver a Xia en ese espejo porque ella es tu futuro- Añadió con seguridad mientras me miraba con diversión y algo de entusiasmo.- A demás de que ella va a ser tu responsabilidad.

Y antes de que pudiera preguntarle algo más añadió;

- Espero haber podido solucionar algunas de tus dudas, porque eso es todo lo que te voy a contar por hoy. Así que es mejor que te vayas a comer algo, porque estoy sintiendo tu hambre, al parecer no comiste desde hace varias horas- dijo en un tono de una madre preocupada que regaña a su hijo por no comer.- Así que vete ya a comer algo, mañana te voy a contar mas, ahora no puedo hablar. Y quiero que te alimentes. Así que vete.

Sin una palabra más, Cyrene se levanto de la silla y fue hacia la puerta, y me la mantuvo abierta para que me marchara, así que me levante y me despedí. Y luego me dirigí al comedor a comer algo. Pero no sin antes decirle;

- Espero que mañana me expliques todo esto Cyrene, porque la verdad no estoy entendiendo nada- dije confuso.

- Todavía estoy esperando el día en el que me llames mama- dijo con una calida y triste sonrisa y luego añadió- Y respondiendo a tu pregunta, si hijo, te lo prometo- me dijo con otra sonrisa, esta si era de amor, mientras se me acercaba y me daba un beso en la frente que demostraba su cariño hacia mi.

Ella me seguía tratando como un pequeño aunque ya tuviera 22 años, era a la única persona a la que dejaba que me expresara su cariño, ya sea con un dulce beso en la frente, o un calido abrazo. Este siempre fue la única muestra de afecto que recibí por parte de alguien en toda mi vida. El resto de los demonios me odiaban por el trato especial que tenía Cyrene hacia mí. Y a pesar de tenerla a ella en mi vida, yo no tuve una vida fácil. Ella era lo único que valía la pena en mi vida. A veces me sentía mal por no poder decirle madre, pero es que simplemente no me salía. Ella sabía que yo la considero como mi madre, ya que de mi verdadera madre ni recuerdos tengo, pero aun así, nunca me salio esa palabra.

Una vez que me despedí de Cyrene, me dirigí hacia el comedor para comer algo. Una vez saciada mi hambre iba a ir directamente a mi habitación, pero decidí pasarme un rato por el ático. Estuve esperando un rato enorme junto al espejo, esperando que la joven volviera a  aparecer. Justo cuando estaba por darme por vencido, el reflejo de la muchacha apareció.

Esta vez llevaba puesto un jean gris y una remera musculosa negra y rosa con volados. Estaba igual de hermosa que el día anterior. Mientras la veía, ella muy delicadamente se estaba trenzando su hermoso cabello. No sé cuánto tiempo duro su reflejo, pero me di cuenta que nunca iba a tener el tiempo suficiente para poder admirar su belleza.

Al otro día fui a buscar a Cyrene para hablar sobre esta joven. La encontré como de costumbre en el invernadero que se encontraba en el jardín trasero de la residencia. Ella tenia una afición por las rosas, nadie sabia exactamente porque. En el invernadero había toda clase de rosas, de todos los colores. Pero había una en especial que yo sabia era su favorita, ya que le dedicaba más cuidado que a las demás. Y esas eran las rosas blancas.

- Veo que viniste temprano hoy pequeño- siempre me hacia lo mismo, parecía que estaba tan metida en sus pensamientos y en sus amadas rosas, pero aun así siempre estaba muy alerta.

-¿Cómo sabias que era yo?- pregunte

-Ay muchacho, no te habré tenido en mi vientre, pero aun así te conozco mas de lo que tu crees. Te sentí en el preciso momento en el que entraste al invernadero- dijo mientras seguía regando sus rosas, y luego mirándome a la cara agrego- Además sabes muy bien que al ser tan antigua tengo los sentidos intensificados. Puedes ser muy sigiloso, pero aun así yo sabre que estas.

Luego continuo con el cuidado de sus amados rosales, y antes de que pudiera preguntarle sobre lo que venia a preguntar ella hablo primero;

-¿Sabes porque me gustan tanto las rosas?- me pregunto. La verdad que no me esperaba esta pregunta, aunque miles de veces me lo había preguntado.

-No, la verdad que no lo se, aunque siempre me lo he preguntado- conteste

Ella sonrío, pero fue una sonrisa triste.

- Cuando ves una rosa, lo único que ves es su belleza. Parecen débiles, sin protección. Pero cada rosa tiene su espina. Esa es su manera que tienen de proteger su belleza. Y eso es lo que admiro de ellas. Como algo tan hermoso, que parece tan inofensivo, aun así tiene su propio mecanismo de defensa. Es como las personas, todos y cada uno de ellos, por mas inofensivos que parezcan, siempre tienen escondidas sus espinas para protegerse.

Parecía que estaba perdida en sus pensamientos, hasta que continúo pero aun así parecía como si estuviera hablando de otra cosa en lugar de sus rosas;

- Esta es mi favorita- dijo mientras sostenía una rosa blanca que acaba de cortar del rosal -…la rosa blanca significa pureza, inocencia. Y uno tiene que saber protegerla muy bien, para que nada ni nadie pueda arruinar su belleza. Por mas que posea sus espinas para así poder defenderse, necesita de alguien que este para cuidarla, protegerla, regarla. Si dejas un rosal sin cuidado hace que los demás lo destruyan o simplemente lo codicien y quieran poseerlo. Por eso es que no podemos permitir que esta pequeña rosa sea dañada, que nada ni nadie pueda afectarla. Tú tienes que encargarte de protegerla…

Eso último lo dijo mirándome a la cara y ahí es cuando comprendí que no estaba hablando de la rosa, sino que estaba hablando de la muchacha del espejo. 

- Tú sabes que eres como un hijo para mí, yo esto no se lo confiaría a nadie más que a ti. Nadie más sabe de la existencia de Xia, solo nosotros y Marvin. Aunque tu y Marvin no se lleven muy bien, yo se que el es de confianza. Necesito que esto quede entre nosotros, porque si alguien mas se llega a enterar de la existencia de Xia, o peor aun, si alguien se llega a enterar de que ella es de suma importancia para mi, eso lo único que haría es complicar mas las cosas, y la única que saldría perjudicada seria la jovencita.

- Aydam, lo que estoy pidiendo es que la protejas, ella esta en peligro. Y tu eres en el único en quien confío para darle esta tarea…

- ¿Pero porque esa joven es tan importante? ¿Que tiene ella que la hace importante? Y mas importante ¿Qué tiene que ver ella contigo?- pregunte confuso

-Todo a su debido tiempo hijo, ahora lo único que tienes que saber es que ella es muy importante y que dejo su vida en tus manos. Si yo misma pudiera protegerla lo haría pero si yo me acerco a ella levantaría muchas sospechas y la pondría en peor peligro. ¿Puedo confiarte esta tarea?- Me pregunto con una mirada seria, pero en lo mas profundo de sus ojos note que había un dolor muy intenso en su alma, algo que no la dejaba vivir, muy pocas veces se mostraba tan vulnerable como ahora.

-Sabes que si, madre- le dije. Y esta fue la primera vez en la que la llame así, y consiguió que me sonriera de una manera calida, ahí fue cuando note que volvió a ser la misma Cyrene que yo conocía. La demonio fuerte y segura de siempre.

-Aydam, sabes que puedes hablar conmigo...-

Me había olvidado que Jez estaba esperando mi respuesta, siempre que pienso en la princesa me pierdo en mis pensamientos y me olvido de todo lo demás.

-No me pasa nada Jez, no te preocupes, estoy bien- Esto último lo dije con una sonrisa para así poder tranquilizarla y por suerte funciono porque me la devolvió y no volvimos a hablar más del tema.

Nos quedamos hablando un rato, hasta que Jez dijo que tenía cosas que hacer y se despidió.

- Creo que mejor me voy porque tengo algunas cosas que hacer. Nos vemos más tarde.- se levantó y antes de irse me dio un abrazo - sabes que puedes contar conmigo.

-Lo sé. – respondí mientras le devolvía el abrazo.

-Espero que encuentres un lugar mejor para pasar las tardes, este lugar es espantoso, odio tener que venir a buscarte aquí- dijo mientras hacia una mueca de desagrado antes de marcharse.

Jez era la única que conocía este lugar. Ella lo descubrió porque un día decidió seguirme para ver porque siempre desaparecía y no aparecía hasta después de varias horas. Pero aun así ella no sabia y no podía saber nunca del espejo.

Me quede unas horas más contemplando las estrellas desde el balcón del ático, hasta que decidí ir a comer algo.

Antes de irme le di una última mirada al espejo. Y luego me marche, pensando en Xia.









2 comentarios:

  1. muy bueno ya quiero saber el capitulo 6

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  2. Sergio Vazquez Face :p

    jajaja muy buena pero muuuuy largo xD jaja

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