martes, 28 de junio de 2011

"...Cuando amas a alguien… realmente lo amas, amigo o amante, le tiendes abierto tu corazón. Le das una parte de ti mismo que no le has dado a nadie y les dejas entrar en una parte de ti que sólo ellos pueden herir─literalmente les entregas una navaja con un mapa de donde pueden cortar más profundo y más dolorosamente en tu corazón y en tu alma. Y cuando golpean, esto te paraliza─igual que si te arrancaran el corazón. Esto te deja desnudo y expuesto, preguntándote que les hiciste para que quieran herirte tan horriblemente cuando todo lo que tú has hecho es amarlos. ¿Qué está tan mal contigo que nadie puede mantener la fe en ti? ¿Qué nadie puede amarte? Que esto suceda una vez es bastante malo… ¿pero que se repita? ¿Quién en su sano juicio no estaría aterrado de eso?"

viernes, 24 de junio de 2011

La princesa de los espejos - capitulo 4



Capítulo 4

-Xia! Xia! Por favor reacciona - Esa voz….

Era la voz de Liam ¿Por qué sonaba tan lejos? Se lo escucha desesperado pero ¿Por qué?

 ¡Liam!  

- Abre los ojos princesa, por favor…- esta vez pude escucharlo más cerca. Trate de hablar pero no tenia voz.

Poco a poco fui recuperando la conciencia mientras la oscuridad se iba desvaneciendo. Lentamente fui abriendo los ojos y lo primero que mi vista pudo captar fue la cara de preocupación de mi hermano que estaba a centímetros de mi rostro. Note que me encontraba recostada en el piso mientras Liam me sostenía, trate de levantarme pero él me detuvo.

-¿Qué paso?- pregunte con voz ronca

-No te muevas, Dios... estas sangrando-  dijo asustado mientras me revisaba para comprobar como me encontraba y para ver que tan grave era la herida.

-¿Qué?- pregunte desconcertada mientras me miraba el pecho, lo único que recordaba era el dolor. No se como lo sabia pero tenía la certeza de que esa sangre no era mía.

-No es mi sangre – susurre un poco confusa mientras poco a poco iba recuperando la fuerza. Así que nuevamente intente levantarme, con la ayuda de Liam pude ponerme de pie tambaleándome un poco.

-Con cuidado- dijo mientras me sostenía para que no me cayera.

Ni bien recupere mis fuerzas Liam se abalanzo sobre mí y me abrazo tan fuertemente que creí que me iba a romper.

-Dios Xia… creí que te había perdido, nunca estuve tan asustado. En un segundo estabas bien y al otro te caíste inconsciente al piso… y luego la sangre. Tanta sangre que salía de tu pecho. Buscaba la herida y nada, no había ninguna pero aun así la sangre no paraba de salir. Me asustaste mucho, y no sabia que hacer. En lo único en lo que pensaba era en que no podía perderte.

Nunca había visto a mi hermano tan asustado. Siempre creí que era tan fuerte, y que nada podía asustarlo y el verlo así… tan preocupado por mí, me conmovió de una manera muy profunda…

-Ya está hermanito, ya paso. Yo estoy bien no me paso nada- Le asegure para tranquilizarlo aunque era inútil.

-¿Qué fue lo que te paso?- pregunto mientras me miraba fijamente.

-No lo sé. Lo único que sé es que en un momento estábamos hablando y al otro sentí como una oscuridad me envolvía. Recuerdo un callejón, puede que me haya tele-transportado…

- Eso no es posible Xi, la única manera de poder hacerlo es después de que la sed de sangre se haya despertado.

- Pero tu dijiste que yo soy especial, que los que son como yo tienen habilidades diferentes, por ahí eso hace que también me pueda tele-transportar antes de que la sed de sangre se haya despertado.

- Princesa aunque ese sea el caso, tú no te has tele-transportado porque te tuve en mis brazos desde el momento en el que te desmayaste y perdiste la conciencia, hasta que despertaste. Si te hubieras tele-transportado tu cuerpo no hubiera estado acá, y yo te sostuve en mis brazos Xi. Parecías muerta, no reaccionabas. Y luego la sangre que comenzó a salir de a montones…

- Lo único que recuerdo es que estaba en un callejón, y se que esa sangre no era mía. Pero también se que algo mas paso, solo que no logro recordar que fue – dije confusa.

- Relájate y trata de hacer memoria- Liam hablaba en un tono mas calmado.

- Dijiste que recordabas un callejón, ahora trata de recordar ¿Paso algo? ¿Viste algo?

- Había una joven…- dije un poco confusa. Si había una joven, ¿Cómo era que se llamaba?... Sofía- Sofía- Afirme.

-¿Sofía? ¿Quien es Sofía?- pregunto Liam aun mas confuso y con cautela, ya que temía que haciendo preguntas pudiera ocasionar que olvidara todo.

Poco a poco mi memoria fue recordando…

- Estoy comenzando a recordar… - dije con la voz media acongojada por los recuerdos.

Liam no dijo ni una sola palabra, solo me miraba y esperaba que yo continuara con mi relato.

- Nosotros íbamos caminando y no se bien lo que paso…pero de un momento a otro pase de estar a tu lado a estar en medio de un callejón al cual nunca había ido. Allí había una joven, recuerdo que su nombre era Sofía…- dije mientras trataba de poner en orden mis recuerdos.

-Ella parecía estar esperando a alguien- continúe- …trate de hablarle pero no me escuchaba, era como si yo no estuviera allí, como si yo hubiera sido un fantasma- señale confusa mientras miraba la cara de mi hermano. Tenía una expresión ilegible en su rostro, no tenia ni la menor idea de que era lo que podría estar pasando por su cabeza en estos momentos, así que me limite a continuar-…también recuerdo que después llego un hombre, estaba muy enojado, él y la joven discutieron, entonces él.. - ¿Qué fue lo que hizo? Esa parte me costaba recordarla… me tome uno momentos para que los recuerdos vinieran solos….

-Él… él le disparo- Comente horrorizada- Ahora lo recuerdo, oh Liam…- mis ojos se llenaron de lagrimas. Mi hermano me estrecho entre sus brazos mientras yo continuaba con el resto- Él la mato, y yo sentí su dolor, fue como si me hubiera disparado a mí. Fue horrible...- susurre mientras lloraba en el hombro de mi hermano.

-Tranquila bebe, ya esta, ya paso- mi hermano me sostenía dulcemente mientras me acariciaba suavemente la espalda para reconfortarme.

Cuando me calme un poco me aleje de sus brazos para poder mirarlo a la cara.

- Era la joven de las noticias, la chica que habían matado porque se había reconciliado con su antiguo novio. Un compañero del trabajo la asesino, lo hizo porque estaba obsesionado con ella. ¿Cómo es posible que haya estado ahí? ¿Como es posible que la haya visto...si ella murió la semana pasada?

- Todo esto es muy raro, no entiendo nada- dijo en tono afligido y con una mirada de compasión- pero te prometo que lo vamos a averiguar, sea lo que sea lo vamos a averiguar.

Nos quedamos un rato en silencio hasta que me di cuenta de que todo este tiempo había estado sosteniendo algo en mi mano. Cuando abrí la mano para ver que era lo que tenia vi una hermosa cadenita con un pequeño dije en forma de D.

- ¿Y esa cadenita?- pregunto Liam

Me quede en silencio pensando y analizando las cosas hasta que todo comenzó a tener sentido.

-Fue la cadenita…-Dije firmemente mientras lo miraba y proseguí- Esta cadenita la había visto tirada en el piso un rato antes de que todo pasara. Cuando la vi sentí una fuerza enorme que me atraía para que la agarrara y cuando la sostuve en mis manos fue cuando todo pasó. Tuvo que ser la cadenita la que me llevo allí.

Liam me seguía mirando confuso.

-Oh dios. Liam, creo que ya sé cuál es mi habilidad.

Se me quedo mirando fijamente un rato largo, hasta que por fin hablo.

-Explícame que no entiendo. ¿Cuál es tu habilidad? ¿Y cómo es que llegaste a esta conclusión?

-Cuando yo te pregunte sobre las características y las habilidades de los vampiros me dijiste que algunos pueden hasta leer la mente, y otros pueden ver el futuro. Y que había muchas más habilidades pero que no todos las tenían…- Lo mire para ver si me iba siguiendo con la historia.

-Sí, eso es verdad. No todos tienen las mismas habilidades.- afirmo

-…y también te pregunte, cuales podían ser las mías. Y me dijiste que no tenías ni idea de cuáles podrían ser. Pero también me dijiste que hay muy pocos como yo, y que somos únicos. Así que puede ser también que nuestras habilidades sean únicas...

-Pero aun no entiendo que tiene que ver esto con la sangre y con... – él se quedó callado un segundo y luego me miro. Y ahí me di cuenta que me había entendido, porque el mismo continuo con mis conjeturas.-… Tu habilidad es que cuando sostienes un objeto que le perteneció a alguien que haya muerto, revives su muerte. Es decir que es como si viajaras al momento exacto en el que murió, pero en realidad no viajas a ningún lado, porque estabas conmigo en todo momento pero aun así no se como pero ves su muerte, por eso la sangre. La sangre salía del corazón, que debe de ser el lugar exacto en el que este hombre le disparo a esa joven… ¿No es verdad?

- Si…y no solo “viajo” al momento y lugar exacto en donde murió sino que también siento lo mismo que siente la victima antes de morir, es decir que siento sus heridas como si fueran mías. Pero mi cuerpo no sufre ningún daño, solo siento lo que siente el otro y la sangre no es la mía, sino es de la víctima- continúe yo.

Liam se me quedo mirando con una expresión que no pude descifrar, hasta que por fin decidió hablar de nuevo.

-Si eso es así, eso quiere decir que eres muy especial Xia. Nunca antes escuche de alguien que tenga este tipo de poder. Creo que puedes ser la única. Tengo que llamar a la Academia para hablar con Urian, él puede saber o averiguar algo sobre esto.

-¿Urian? ¿Es uno de los más antiguos?

Me miro un momento y se rió, luego continuo mientras sonreía.

-O no Xi, él no es uno de los viejos, él es mi mejor amigo y tiene la misma edad que yo. Pero sin duda él tiene que saber algo sobre esto. Él sabe mucho sobre el tema de los media-sangre, esta obsesionado con ellos….¡Xi! ¡Mira tu ropa! – exclamo Liam

-¿Qué?- cuando agache la cabeza para mirar, note algo realmente extraño.

-La sangre... – susurre

- ...se ha ido- continuo mi hermano

Cuando mire a Liam note que él estaba igual de sorprendido que yo. Esto cada vez se estaba poniendo más raro. Y eso realmente asustaba.






miércoles, 15 de junio de 2011

La princesa de los espejos - capitulo 3


Capítulo 3


Cuando estábamos preparados para volver a casa, nos dimos cuenta que ya eran mas de las 2 de la tarde. Habíamos pasado horas hablando y ni cuenta nos habíamos dado del horario.

-Creo que si no volvemos ahora, tu madre va a terminar llamando a la policía y decirle que algo nos ha pasado.- dijo Liam sonriendo.

-Si es que no los ha llamado ya- Comente irónicamente y ambos comenzamos a reírnos.

Mientras estábamos de camino a mi casa, mire al piso y vi que había una cadenita. Era una cadenita hermosa, brillaba de una manera muy particular y sentía como una fuerza que me compelía para que la agarrara, era una necesidad tan grande que me agache para recogerla y cuando la sostuve en mi mano fue cuando todo comenzó.

Al principio sentí que el piso daba vueltas y luego comencé a sentir una oscuridad que me estaba envolviendo. Grite y le rogué a Liam que me ayudara, pero él ya no estaba a mi lado. Estaba sola. La oscuridad cada vez me consumía más, iba cayendo hasta que de golpe todo termino.

Cuando abrí mis ojos me encontré en un callejón que no había visto nunca en mi vida. No entendía como había hecho para llegar hasta allí, lo único que se me venia a la mente una y otra vez eran las palabras de Liam: “...podemos tele-transportarnos a cualquier lugar...”

Ese fue mi primer pensamiento, hasta que me puse a analizar las cosas y al racionalizar me di cuenta que yo nunca había visualizado este lugar en mi mente, ni siquiera tenía la intensión de tele-transportarme y mucho menos a este callejón. Pasaron unos minutos hasta que me di cuenta que no estaba sola.

Había una joven que estaba apoyada en una pared muy cerca de donde yo me encontraba, ella era un poco más joven que yo, tenía el pelo corto y rubio, era muy delgada y bajita. Tenía la cara redonda, una nariz redonda y una pequeña y firme boca. Estaba muy pálida y se la veía un poco nerviosa. Estaba esperando a alguien, de eso no había duda ya que tenía la mirada fija en la entrada del callejón. Tenía puesto un jean negro, y una campera azul, con unos logos muy raros en la espalda y en el hombro. En los pies tenía puesto unas botitas cortas. Esta joven me resultaba tan familiar… la había visto en algún lado pero no recordaba ni cuando ni donde. Hasta que después de unos minutos recordé de donde es que la tenia y la reconocí.

Era la chica que salía en las noticias, la que habían encontrado muerta. Se había comprobado que había sido un crimen pasional, un compañero del trabajo que estaba obsesionado con ella la había asesinado porque ella se había reconciliado con un antiguo novio. Horas después de haberla matado el asesino decidió suicidarse, dejando una nota en donde confesaba que la había matado por amor y que ahora se quitaba la vida porque no podía vivir en un mundo en el que ella no estuviera. En la nota también decía que no se arrepentía de las decisiones que había tomado, que prefería verla muerta antes de verla en los brazos de otro hombre.

Lo que no entendía era que estaba haciendo yo allí, y como  podía explicar que estaba viendo a la misma joven que en las noticias decían que estaba muerta. Esto es imposible pensé.

-También es imposible que existan los vampiros y los demonios, y que las personas desaparezcan de un lugar y aparezcan en otro al instante.- dije en voz baja- Y mírame, resulta que mi hermano es un vampiro, mi papa era un vampiro al que lo mato un demonio, yo soy media vampiro y acabo de desaparecer de al lado de mi hermano, para aparecer en un callejón con una chica que según tengo entendido está muerta. Una de dos, o me estoy volviendo completamente loca, o resulta que al parecer en este mundo todo es posible.

-Sin duda debo estar loca- reflexione. Más que nada lo hice para tranquilizarme aunque no creo que haya funcionado mucho.

Decidí acercarme a la chica. Cuando estuve a unos metros de ella le hable.

-Disculpa...- ¿Cómo era que se llamaba?... Rocío...no. María…tampoco. Sofía, si, es Sofía.- ¿Sofía?

No hubo respuesta. Y decidí acercarme más.

-..¿Sofía?

Nada. No hubo respuesta, parecía como si no pudiera escucharme, tal vez tenia puesto los auriculares de su mp3 y por eso no me escucha pensé. Así que me acerque más, e intente tocarle el brazo.

-Disculpa, te puedo...-

Oh Dios mío. Mi mano la atravesó, ¡LA ATRAVESÓ!

-Esto no está pasando... – me dije, en un tono entre la histeria y el miedo-… esto no esta pasando, por favor que sea un sueño…

Volví a tratar de tocarla y mi mano volvió a traspasarla, cada vez estaba más asustada, estaba a unos segundos de entrar en un ataque de histeria, hasta que de repente ella se movió y hablo.

-¿Qué haces tú aquí?

Al principio creí que me estaba hablando, hasta que note que no estábamos solas, alguien había llegado y ya se encontraba a unos metros de distancia.

Era un hombre, de alrededor de unos 30 años aproximadamente. Era de estatura media y era bastante robusto. Tenía una barba de unos días, y estaba muy desaliñado. Tenía el pelo oscuro y estaba todo despeinado, parecía como si recién se hubiera levantado. Llevaba puesta una campera negra y un pantalón a juego, y tenía unas zapatillas deportivas grises. Tenía una cara muy dura, con una nariz recta y una boca firme. Y tenía la mirada más fría que había visto jamás. Parecía muy enojado.

Al escuchar a la joven, el hombre hizo una mueca desagradable.

-Sabes muy bien que estoy haciendo aquí, Sofía. Te deje muy en claro que no te iba a permitir que te reconciliaras con ese bastardo.

Sofía. Oh dios, es ella. Es la chica de las noticias. Tendría que ser demasiada coincidencia como para que no sea la misma joven. Pero si es ella, ¿como puede ser que la esté mirando? A no ser que uno de mis poderes sea poder ver a los fantasmas, o capas viajar en el tiempo, aunque esto no tiene sentido. En realidad no tiene ningún sentido de ninguna manera, esto no puede estar pasando ¿Cómo es posible que el hombre tampoco pueda verme? esto cada vez me estaba asustando mas.

-Mariano, sabes que lo amo. No puedes impedir que vuelva con el, lo sabes. Tú no eres nadie para decirme a quien puedo ver y a quien no. Nunca hubo un nosotros, ¿o es que acaso no entiendes? En realidad lo que paso siempre ha sido un error, nunca tendría que haber estado contigo. Así que por favor vete.- Le respondió la joven enojada, pero en sus ojos se podía ver fácilmente lo asustada que estaba.

El hombre parecía cada vez más enfadado, se  acercó a la joven hasta quedar a unos centímetros y la agarró del brazo tan fuerte que de seguro le iba a dejar una marca.

La sacudió de una forma muy violenta, ella lo miraba aterrorizada pero aun así seguía intentando demostrar su coraje haciéndole frente a este lunático, siempre mirándolo directamente a los ojos.

-Parece que la que no entiende eres tú. Yo te amo ¡Tu eres mía! ¡¿Entendiste?! –grito mientras la sacudía cada vez más y más fuerte - Nunca voy a permitir que estés con ese desgraciado. Eres ¡MIA!, soy con el único con el que puedes estar.

Sofía lo miro desafiante.

-¡Antes prefiero estar muerta que ser tuya! yo al único que amo es a Daniel, no sé cómo quieres que te lo explique. Déjame tranquila, y suéltame, me estas lastimando.

-Si esa es tu elección, entonces yo ya escogí la mía...-  se detuvo un instante y luego continuo- Se que me voy a odiar por esto, pero es lo mejor. No hay otra opción.

Todo sucedió muy deprisa.

El hombre metió la mano en el bolsillo y saco un arma,  sin dudarlo un segundo le apunto en el corazón a Sofía y antes de disparar le dijo; - tu hiciste tu elección y esta es la mía, te amo- Y disparo…

En ese instante sentí un dolor como nunca antes había sentido. Fue tan intenso que caí al piso gritando. 
Cuando mire mis manos descubrí que las tenía llenas de sangre, unos segundos mas tarde todo comenzó a desvanecerse, empecé a sentir la oscuridad envolviéndome nuevamente.